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Moscatel

Vino dulce de uva moscatel

Entre los vinos famosos del Marco de Jerez existe la variedad nombrada «Moscatel», cuya producción, sino toda en absoluto, al menos una extraordinaria parte de ella radica en Chipiona.

El Moscatel es un vino peculiarísimo de Chipiona; se da en sus tierras; pero no en otras, que aunque similares aparentemente, no producen el vino con ese perfume delicioso y tentador. Tal vez «el clima», la «naturaleza del terreno», la técnica utilizada, los «años» de experiencia. Lo cierto es que, al menos hasta ahora, de los vinos moscateles que se crían en España, ninguno tiene este perfume característico, delicioso y tentador de los de Chipiona.

Con el mismo término «moscatel», que al parecer procede del italiano «moscatello», se denomina a un tipo de uva dulce de la que se conocen 18 variedades, (menudo blanco, morisco, menudo dorado, gordo morado, gordo blanco, romano, real, flamenco, gorrón, isidoro, etc.), las cuales se cultivan en la propia Italia, en el sur de Portugal y, sobre todo, en varias regiones españolas, como Cataluña, el Levante, laa Mancha, las provincias andaluzas de Huelva y Málaga y en el municipio de Chipiona (Cádiz), donde se da la variedad denominada «isidoro» o «isidori».

El Moscatel es una variedad universal, extendida en muchas zonas del mundo, y citada ya en la antigüedad por Columela, en los primeros años de la era Cristiana. Originaria de África, se la ha clasificado en la tribu de los “Moscateles”. Otras sinonimias son: Moscatel de Alejandría, Moscatel Gordo, Moscatel de España, etc.

Su uva es color blanco, con una hoja mediana y orbicular, con seno peciolar poco abierto, en forma de V, en senos laterales superiores cerrados y escasa vellosidad. Los sarmientos son semi-erguidos. Tienen racimos numerosos, grandes, desiguales, sueltos. Las bayas son grandes y jugosas. Se desarrollan mejor en viñedos situados cerca del mar.

Esta uva, una vez secada al Sol, o «soleada», durante un periodo de quince a treinta días, según la climatología, pierde gran parte del caldo pero mantiene el azúcar, convirtiéndose en moscatel pasa, que se «apaga» con alcohol para evitar la fermentación. Esta mezcla da lugar al moscatel, un vino de primera calidad pero de precio prohibitivo, dado que es necesaria una gran cantidad de uva para producir poco líquido. Por eso, lo habitual es que el moscatel se «ligue» con mosto listán, alcanzando así una graduación media de 18 grados de alcohol y 8 de licor, cifra esta última que en el moscatel puro se dispara hasta 20 ó 25 grados, difícilmente digeribles, por otra parte, por el organismo humano.

El color del vino moscatel, al contrario de lo que se cree, no es negro. Es de color claro, casi como el de un vino blanco, y la oscuridad la aporta el vino quemado o de color que se cría en la vecina Rota y en Chipiona. Esta mezcla, reconocida por el Concejo Regulador de Jerez, además de darle color, resta dulzor al moscatel.

Por tratarse de un vino que se «apaga» con alcohol para evitar así su fermentación, recibió en la antigüedad el nombre de «vino bastardo», ya que no seguía la norma de todos los vinos en su proceso. Ya fray Diego Carmona Bohorquez, agustino chipionero, en su libro escrito a mediados del siglo XVII nos lo dice asi:

«Sácase de Chipiona todos los años para embarcarse a tierras extrañas (fuera del que se gasta en el pueblo y tierras convecinas) buena cantidad de vino, en particular un género del que llaman «bastardo», que es vino de notable regalo, por ser dulce y suave, hecho con uvas casi transformadas en pasas por darles algunos días el sol, cuantos parece al dueño que son menester, estando cortada y tendida la uva en las esteras limpias que para este efecto las hacen con mucha curiosidad. De este género de vino cargan los extranjeros para muchas partes por ser gentes que gustan del dulce más que a los españoles, y así lo pagan luego como los dueños quieren y lo embarcan casi hecho mosto. En Flandes y Francia lo gastan mucho; empero donde más lo aprecian y estiman es en Inglaterra, por lo cual goza la dicha villa innumerables pagos de viñas y por esto pocas labranzas».

Históricamente, aunque las primeras noticias sobre la viticultura en Chipiona se remontan al año 1448, no se especifican los tipos de viñas que se cultivaban. Es de suponer que desde un principio se debió de producir el moscatel o «vino bastardo» ya que tanto como mencionan las actas capitulares del Ayuntamiento de Chipiona como el relato anterior de Carmona Bohorquez de fecha 1638, ya se daba a este vino moscatel o «bastardo» el calificativo de dulce y que gustaba mucho a los extranjeros y se utilizaba para la exportación a estos países. Por lo tanto, habría adquirido unos años antes el prestigio o la fama para ello. Esto nos hace pensar que podemos remontarnos en el tiempo, al principio o poco después de comenzarse la producción vitivinícola de Chipiona que aumentó considerablemente en 1480 debido a factores como el consumo interior y sobre todo a la exportación por mar. Con la iniciativa del marqués de Cádiz, don Rodrigo Ponce de León en 1477 de repoblar Chipiona, en la carta de franquezas a los posibles nuevos vecinos incluía la obligación de que plantara cada uno como mínimo cuatro aranzadas de viña. De forma que tres años más tarde, el marqués reconocía que lo que antes eran «montes y tierra yerma y despoblada» ahora «con la gracia de Dios cada día se puebla y crece así en vecinos como en heredamientos asaz… especialmente de viñas».

Hasta principios de este siglo existían en Chipiona unas sesenta aranzadas de viñas de moscatel, pertenecientes a unos 150 productores, lo que representaban unos 270.000 kilos de uva y unos 79.000 litros de vino moscatel.

A mediados de agosto se celebra la fiesta de exaltación a este vino, el famoso «Festival del Moscatel», que se celebra con gran brillantez, con su pregón y asistencia a ella de las primeras figuras de la canción.

El moscatel de Chipiona ha sido premiado en diferentes certámenes internacionales, consiguiendo el máximo reconocimiento.

Hasta hace unas décadas existían en Chipiona una docena de Bodegas que producían este vino. En estos momentos sólo sobreviven tres de esas bodegas: la Bodega Cesar Florido, la Bodega José Mellado Martín y la Bodega Cooperativa Católico Agrícola.

Museo del Moscatel

El Museo del Moscatel está concebido para que sus visitantes conozcan de manera didáctica la historia y la cultura milenaria del Moscatel de Chipiona, uno de los vinos dulces de más calidad del mundo. Un universo de sensaciones visuales, sonoras, olfativas y gustativas que le permitirán descubrir el maravilloso mundo del genuino vino de nuestra tierra y realizar con él un viaje en el tiempo. La ruta enoturística le ofrece un paseo inolvidable desde el viñedo hasta las bodegas, que se completa con la visita al Museo de la Ciencia y de la Cultura, que le acercarán los conocimientos desde nuestros ancestros y la presencia de nuestro vino en la cultura.

Áreas del museo:

1. Ecomuseo del viñedo del moscatel de Chipiona.
2. Bodega romana y alfarería. Lonja romana de Caepia.
3. Siglo XV. Renacimiento.
4. Epoca moderna S. XV-XVII.
5. Viñatería contemporánea S.VIII-XX.
6. Museo corporativo de la bodega.
7. Museo de la ciencia del vino.
8. Ruta enoturística por la bodega.
9. Museo de la cultura del moscatel.

Dirección: Avda. de Regla, nº 8-10-Chipiona (Cádiz)
Teléfono: +34 956 371 804
Fax: +34 956 374 737

Véase también:
- Bodegas

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